Manifestación 20-O

Después de meses de trabajo de decenas de colectivos, en distintas islas, para generar un espacio de denuncia sobre el modelo económico de Canarias, nos subimos, hoy domingo 20 de octubre, en la guagua un grupo de mujeres del sureste para sumarnos a la convocatoria de Gran Canaria. La guagua tranquila, pocos signos de otras personas que fueran a la manifestación, salvo nosotras.

Poco más de una hora de recorrido, llegamos a Maspalomas, a la estación de guaguas. Allí al acercarnos a las inmediaciones del Expomeloneras vemos muchas personas, pero no tantas como nos hubiera gustado, nuestra sorpresa llega cuando al empezar el recorrido, cientos de personas salen de las sombras, pues hacía mucho calor.

El recorrido empezó muy bien, tranquilo, dentro de un tono festivo, con los ecos de los bucios, las chácaras, con muchas banderas independentistas ondeando, lleno de personas de todas las edades, familias, etc. Todo muy bien organizado, veíamos como las personas de los chalecos estaban constantemente observando, cuidando que todo fuera bien.

Hasta el momento que nos acercamos a la calle Mar de Noruega, calle que se encuentra entre dos de las mayores cadenas hoteleras. Ahí vemos como la presencia de la policía nacional es mucho mayor, vemos como se acercan muchos hacia un lugar, desconocemos que está ocurriendo, se van y vuelven con cascos. Al acercarnos vemos a muchos de ellos, dando porrazos hacia todos lados, se les veía muy nerviosos, se veían muchas personas que están siendo empujadas, golpeadas… muchas empezamos a silbar y pedir que dejarán libre a la persona que tenían retenida, pidiendo que parasen, pero todo iba a peor. Algunas personas de la organización con el megáfono decían «sigan, sigan con la manifestación» y así consideramos todas, era lo mejor, la situación estaba muy tensa, y la policía cada vez se le veía más nerviosa.

La manifestación continuo por la avenida de Meloneras, ante la mirada de los turistas que tomaban sol, o almorzaban. En todo momento, la presencia policial no disminuyo. Al llegar al Faro, se leyó el manifiesto con mucha emoción, disfrutamos de las polcas feministas y del grupo musical.

Todo acabo con un sentimiento amargo, de vulnerabilidad ante las fuerzas desmedidas y opresoras de aquellos que deberían protegernos a todas, pero realmente solo protegen lo de unos pocos. Y las que no encontramos hoy aquí, somos la otredad, la ciudadania, según ellos, delincuente.

Después de la manifestación, algunas fuimos a comisaría a apoyar al compañero detenido, porque ¡si nos tocan a una, nos tocan a todas!

 

#canariastieneunlimite