Hace unos meses nos comprometimos con un proyecto de huerta solidaria, comenzamos a trabajar un pedacito de tierra en colectividad. Cada mes aportamos tiempo, energía, trabajo y algo de dinero para compartir todo lo que sale de la tierra con familias que se encuentran en una situación puntual de vulnerabilidad. A su vez ellas están invitadas a participar y formar parte del grupo de trabajo, para así compartir saberes, experiencias y aprendizajes.
Hoy estuvimos un buen grupito en la huerta cosechando, sembrando, limpiando y regando, también achuchando, comiendo, tomando café, riendo… colocando la Vida en el Centro.
La huerta es un espacio de apoyo mutuo, de escucha, de resiliencia, de trabajo y de esfuerzo con una recompensa maravillosa, no sólo nos alimenta lo que nos da la tierra sino el proceso de crecimiento que estos alimentos tienen y los buenos momentos que compartimos mientras estamos ahí, pendientes de mimar los cuerpos y el territorio.
Seguimos avanzando, pasito a pasito hacia espacios más sostenibles, más solidarios, más empáticos, creciendo individual y colectivamente, sumando nuestras potencialidades.
#otromundoesposible