Si usted estuvo el pasado fin de semana en la Feria del Sureste, seguro visitó los stand artesanales de los distintos municipios, habrá degustado las delicias que se repartían con sabor canario, lo nuestro, lo local. También participaría en las actividades variadas y atractivas que se ofrecían durante todo el fin de semana. Quizá haya comprado algo que le llamó la atención o quiso colaborar con el buen trabajo de profesionales de la artesanía. Se habrá dado un paseo en familia fantástico, habrá cogido aire fresco, ese que en el sureste siempre está presente, y seguro se habrá alegrado de encontrar a gente que hacía tiempo no veía, besos, abrazos y sonrisas, disfrutando del buen ambiente.
Es maravilloso que los ayuntamientos, nuestras administraciones públicas más cercanas, promuevan espacios así en la calle, la población la disfruta, quienes ponen su stand se dan a conocer, exponen su trabajo, venden materiales hechos con tanto mimo, o productos de la tierra elaborados de manera tradicional. En este evento quien impulsa y coordina es la Mancomunidad del Sureste, creada en el año 90 y según refleja en su página web «siendo hoy en día un ejemplo de solidaridad y apoyo mutuo»
Todo esto esta muy bien.
Ahora, si nos ponemos las gafas violetas, esas que nos dan una mirada con perspectiva diferente a la que nos han impuesto, si hacemos uso de ellas y observamos el global de la Feria podríamos hacernos varias preguntas, aunque destacamos una principalmente: Si usted tiene el programa a mano, vaya al final del mismo, eche un ojo al apartado «Actuaciones», si no tiene las gafas violetas puestas aún, háganos el favor de pararse y ponérselas. ¿Que ve?
Nosotras vemos 6 actuaciones, dos cada noche, leemos los nombres, la mayoría nos suenan, grupos de renombre y reconocida trayectoria, algunas incluso internacional. Un verdadero elenco de artistas han participado, pero viendo estos nombres de grupos tan conocidos ¿Cuantas mujeres cree usted que han podido participar? Hemos sacado cálculos y asi, como muy por encima, nos han salido estos números: 111 hombres y 1 mujer.
Es en este momento en el que la rabia nos va subiendo y nos toca buscar un equilibrio, porque la rabia hay que organizarla para dar respuesta.
Llevamos años denunciando la poca presencia de mujeres en los conciertos, en los festivales, en todos aquellos espacios en los que correspondería subirse a un escenario mujeres y hombres por igual, pues la gran mayoría de ellos están subvencionados con dinero público, con el dinero de toda la población, mujeres y hombres que pagamos nuestros impuestos, en tiempo y forma, debidamente. Tenemos una Ley estatal desde el 2007 que habla de igualdad de oportunidades y derechos entre mujeres y hombres, pero en este sector, como en muchos otros, hacen oidos sordos.
Mucho más grave es que las propias administraciones públicas organicen eventos y sean ellas mismas quienes no contemplen, ni siquiera huelan, el machismo interiorizado que tienen al contratar a una mayoría abrumadora de grupos donde sólo hay hombres. Es indignante que nadie haya dicho nada, que en ningún momento de todo el proceso de elaboración de este programa a nadie se le haya ocurrido parar, leer los nombres y decir: «Un momento, aqui nos faltan mujeres, artistas profesionales que en las islas tenemos, y muchas!» pero no, parece que las gafas violetas a sus despachos aún no han llegado.
Asi que solo nos queda proponerte a ti, que nos estás leyendo, que mantengas las gafas violetas puestas, que eches un vistazo a todos los programas de festivales y conciertos que se mueven ahora mismo por toda la isla y señales públicamente. Sólo eso es lo que les hace repensar y revisar las cosas, cuando un número determinado de personas señala, denuncia públicamente. Exigir que cumplan la ley pues son las instituciones las primeras que tienen que garantizar su cumplimiento y aqui la incumplen de lleno, en todos los municipios, en toda la isla.
Presumen de ser un ejemplo de solidaridad y apoyo mutuo, pero a las mujeres en la cultura, en este caso, se las ningunea, se las invisibiliza. Las palabras y las leyes quedan bonitas en papel, pero de nada sirve aprobar leyes de igualdad si luego no se aplica teniéndolas, teniéndonos, presente.
#NoSinMujeres