Los fuegos artificiales están históricamente entrelazados a las fiestas tradicionales. En noches especiales de celebración nos regocijamos mirando al cielo, viéndolo lleno de colores y formas diferentes. Lo llevamos haciendo desde hace siglos por todo el planeta.
Sin embargo, de esta celebración no disfruta todo el mundo, bebés, personas mayores, dependientes, con enfermedades, animales con los que convivimos bajo nuestro techo, los que tenemos y alimentamos en nuestros terrenos, e incluso los que son abandonados en las calles, soportan lo indecible con el ruido ensordecedor de la pirotecnia mientras la mayoría es totalmente ajena a este sufrimiento.
Llevamos años avanzando en derechos y libertades para mejorar la convivencia en esta sociedad, siempre teniendo en cuenta a los seres más vulnerables ¿tan difícil es empatizar con el sufrimiento para decidir erradicar esta manera de celebrar? Realmente ¿es tan complicado encontrar una forma alternativa de celebración en la que los animales y las personas más vulnerables puedan estar en tranquilidad?
Es urgente tomar conciencia, en una fiesta donde un acto genera tanto sufrimiento no hay nada que celebrar.
No podemos autodenominarnos sociedad avanzada cuando perpetuamos este daño, desde hace décadas, en nombre de una celebración.
#stoppirotecnia