El mar, siempre el mar

Cada vez que buscamos oxígeno nos acercamos al mar, cada vez que necesitamos ampliar mirada, observamos al mar, cada vez que necesitamos desconectar nos sumergimos en el mar. Un privilegio, un lujo al alcance de pocas personas.

En el día a día, con la vorágine que nos impone este sistema, se nos olvida que está ahí, vivimos de espaldas a él, aunque habitando una isla, lo tengamos tan cerca.

Solo es necesario poner un poco de atención. Cada vez que lo necesitamos ahí está, es necesario priorizar, priorizar en nuestros autocuidados y dar pequeños pasos para acercarnos, para cuidarnos.

Hace unos días, después de una acción, una más de tantas en las que hemos participado, elegimos meternos en la marea, estábamos cerca, sólo teniamos que bajar las escaleras y sumergirnos.

Que maravillosa sensación, limpiar, soltar, sanar.

Luego bajo la calidez del sol, saboreamos y compartimos fruta, mientras observabamos el mar.

Cada vez que necesitamos parar, cerca de nosotras está el mar, siempre el mar.